El virus de la hepatitis C (HCV) sigue siendo un importante desafío para la salud mundial, que afecta a millones de personas en todo el mundo y la infección crónica es una amenaza persistente. A pesar de la llegada de los antivirales de acción directa (DAAs), persisten desafíos en el diagnóstico y el tratamiento, agravados por la falta de una vacuna eficaz.